Cuando surgen los mares y montañas
cual símbolos de ausencia y lejanía,
las cosas simples y también extrañas
se van trocando en muda letanía.
Se hace la vida gris, la dicha huraña,
la incertidumbre el pan de cada día;
un pescador, sin ríos y sin caña,
resignado a esperar, sin rebeldía.
Ni un cocuyo en las sombras de la noche;
en la callada pena, sin reproche,
mi súplica se eleva como un rezo.
No prives que en sus ojos vuelva a verme,
porque siento la angustia de perderme
sin la gracia feliz de su regreso.
cual símbolos de ausencia y lejanía,
las cosas simples y también extrañas
se van trocando en muda letanía.
Se hace la vida gris, la dicha huraña,
la incertidumbre el pan de cada día;
un pescador, sin ríos y sin caña,
resignado a esperar, sin rebeldía.
Ni un cocuyo en las sombras de la noche;
en la callada pena, sin reproche,
mi súplica se eleva como un rezo.
No prives que en sus ojos vuelva a verme,
porque siento la angustia de perderme
sin la gracia feliz de su regreso.
Luis Edgardo Ramírez
Venezolano
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