No me mires nunca si me sabes muerto,
porque estoy cansado de la pena mía,
y al mirar sereno de tus ojos bellos,
¡milagrosamente resucitaría!
No me beses nunca si me vieras muerto,
pues tu boca roja fue mi peor herida,
y si me besaras como yo te siento,
¡milagrosamente resucitaría!
No me llores nunca cuando ya esté muerto,
porque estaré viendo cielos de armonía,
y si me lloraras de arrepentimiento,
¡milagrosamente resucitaría!
No me llames nunca si me sabes muerto,
porque ya habré entrado a la postrer guardia,
y si tu me sueñas, por Dios lo presiento,
¡milagrosamente resucitaría!
Nunca me recuerdes si me sabes muerto,
demasiado tiempo me quisiste un día…
Si me recordaras en tu pensamiento,
¡Milagrosamente volveré a la vida!
Enrique P. Maroni
porque estoy cansado de la pena mía,
y al mirar sereno de tus ojos bellos,
¡milagrosamente resucitaría!
No me beses nunca si me vieras muerto,
pues tu boca roja fue mi peor herida,
y si me besaras como yo te siento,
¡milagrosamente resucitaría!
No me llores nunca cuando ya esté muerto,
porque estaré viendo cielos de armonía,
y si me lloraras de arrepentimiento,
¡milagrosamente resucitaría!
No me llames nunca si me sabes muerto,
porque ya habré entrado a la postrer guardia,
y si tu me sueñas, por Dios lo presiento,
¡milagrosamente resucitaría!
Nunca me recuerdes si me sabes muerto,
demasiado tiempo me quisiste un día…
Si me recordaras en tu pensamiento,
¡Milagrosamente volveré a la vida!
Enrique P. Maroni
Argentino
2 comentarios:
Hay un error en la última estrofa. El poema original termina así: ¡Milagrosamente volveré a la vida!.
Preciosa poesía, no hay palabras para describirla, cuando se saben valorar las frases.
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