La vida es bella

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lunes, 4 de enero de 2010

¿Que tendría de nuevo?





Preguntarse si debemos reconocer este año que comienza como nuevo o no, pues si se piensa hacer lo mismo del año pasado y de los que le antecedieron ¿qué tendría de nuevo?

No se puede esperar una cosecha si no se ha sembrado la semilla, si no se ha cultivado y regado la tierra.

Todo año que se inicia representa una oportunidad de hacer mejor las cosas, de lograr lo que en el pasado pensamos imposible. Pero esa oportunidad, esa probabilidad de logro, de éxito, tiene que poseer una buena dosis de responsabilidad, de esfuerzo, de planificación, a nuestra conducta reduciremos los desaciertos e incrementaremos nuestra cuota de felicidad y satisfacción.

No podemos negar nuestra realidad, somos emociones, sentimientos y percepciones, no todo puede ser planificado ni enfocado como si se tratara de maquinas u objetos sin voluntad propia. Es allí donde comienza el verdadero reto de demostrar que el termino “homo sapiens” coincide con nuestro comportamiento y acción. Se debe ser sabio. Saber valorar el momento y con ello saber cuando deben reinar las emociones y cuando la razón, e incluso, cuando deben coexistir y complementarse.

Pero no se puede pensar en hacer algo distinto y que ello este, de la misma manera que el comportamiento anterior, sujeto al azar y a la improvisación, resultaría estéril y frustrante. Se debe traducir el concepto de la planificación empresarial al comportamiento personal y programar los pasos importantes, los cruciales, de acuerdo a estudios, a tendencias, a probabilidades, a bases y datos confiables que permitan tomar las mejores decisiones y con ellos asegurar buena parte del éxito. Así si será un año nuevo. Un año que no se parezca al anterior.

“No se pueden lograr cosas diferentes si no se hacen cosas diferentes”. Es sencillo. Mientras hagamos lo mismo y nos comportemos como siempre ¿cómo podemos esperar que ocurra un cambio?. Einstein también dijo una vez que lo más cercano a la locura era esperar un resultado diferente aplicando la misma formula.

Ahora bien, planificar requiere revisar los escenarios, conocer nuestras debilidades y fortalezas, observar nuestras oportunidades y amenazas, tener un sueño claro, alcanzable y posible, contar con las herramientas adecuadas, plantearnos objetivos que nos conduzcan a alcanzar las metas. Requiere de conocimiento, pero más allá del conocimiento teórico, del conocimiento interno, de saber exactamente qué queremos y donde queremos estar.

De nosotros depende que el nuevo año sea realmente nuevo. Que la esperanza que nos ocupa se materialice y podamos palpar nuestros sueños. De nosotros depende que este año que se inicia sea mejor que el anterior. No hay nadie más quien pueda hacerlo. Solo nosotros mismos.

Es importante incluir la planificación estratégica y táctica a nuestras vidas, hacerla parte de nosotros mismos sin que ello signifique suprimir la emoción y la esperanza en un futuro mejor, por el contrario, no habrá sensación más grande de satisfacción y éxito que saber que todo cuanto deseamos lograr en el año nuevo respondió a una visión clara, una misión amplia e integradora, al logro de nuestros objetivos y metas… al éxito de una buena estrategia.

¿Por qué? Porque “Somos arquitectos de nuestro propio destino." - Albert Eistein
- Felix Socorro

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