Solo por hoy trataré de vivir exclusivamente el día, sin querer resolver el problema que aún no tengo.
Solo por hoy, tendré cuidado de mis formas, no criticaré y no pretenderé mejorar a nadie, sino a mi mismo.
Solo por hoy, seré feliz en la certeza de que he sido creado para la felicidad.
Solo por hoy, me adaptaré a las circunstancia, sin pretender que las circunstancias se adapten a mis deseos.
Solo por hoy, dedicaré diez minutos de mi tiempo para una buena lectura.
Solo por hoy, haré una buena acción y no lo diré a nadie.
Solo por hoy, ofreceré algún pequeño sacrificio.
Solo por hoy, haré un programa detallado y me guardaré de dos calamidades: la prisa y la indecisión.
Solo por hoy, creeré firmemente que la buena providencia de Dios se ocupa de mi.
Solo por hoy, no consentiré los miedos y temores.
(Sacado por el Papa Juan XXIII en los años difíciles del Concilio Vaticano I)
Solo por hoy, tendré cuidado de mis formas, no criticaré y no pretenderé mejorar a nadie, sino a mi mismo.
Solo por hoy, seré feliz en la certeza de que he sido creado para la felicidad.
Solo por hoy, me adaptaré a las circunstancia, sin pretender que las circunstancias se adapten a mis deseos.
Solo por hoy, dedicaré diez minutos de mi tiempo para una buena lectura.
Solo por hoy, haré una buena acción y no lo diré a nadie.
Solo por hoy, ofreceré algún pequeño sacrificio.
Solo por hoy, haré un programa detallado y me guardaré de dos calamidades: la prisa y la indecisión.
Solo por hoy, creeré firmemente que la buena providencia de Dios se ocupa de mi.
Solo por hoy, no consentiré los miedos y temores.
(Sacado por el Papa Juan XXIII en los años difíciles del Concilio Vaticano I)
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