No me dejes de mirar

Recuerdo tus ojos chicos,
que intensamente veían los míos,
recuerdo el grato momento,
que se cruzo tu camino y el mío.

Seria palabra dicha,
que estremeció tus sentidos,
seria la cercanía,
entre tu espera y la mía.

Lo cierto es que con gran insistencia,
tus ojos fijaron los míos,
y aunque dudosa así me mantenía,
levemente así mis ojos te respondían.

Seria tu osadía,
lo que llamo mi atención,
seria tu gesto amable,
de buen gusto y satisfacción.

Pero a pesar de eso,
me ganó la impresión,
de saberte cerca,
como cruzar un portón,
y de saberte joven,
mucho más que yo.

Con gusto te veo de nuevo,
captando tu impresión,
será que nos conocemos,
con tiempo de antelación?

Me gusta tu porte,
me gustan tus lentes,
pero más me gustan tus ojos,
tu apacible andar,
como lo que transmites,
en tú cara y en tú mirar.

Esa paz que envuelve y se siente en tu hablar,
esa armonía que llevas en cada gesto y en tu caminar,
esa calidez que dejan tus palabras al hablar,
ese buen consejo que recibí sin pensar.

Ilusionarme no quiero,
por motivos y razón,
tu camino empieza ahora,
el mió se transito.

Joven tú eres,
mayor yo soy,
y joven puedes,
tener con gusto y satisfacción.

Y aunque no lo parezca,
como decir que no,
si me gusta lo que veo,
y me gusta lo que siento,
como me gusta que tu osadía,
haya despertado la mía.

© Espe